Mi comidilla

La comidilla habitualmente se define como una ocupación interesante en tiempo libre, no es un negocio regular. El autor de un artículo que leí algún día ha contado 1019 intereses personales y caminos para pasar tiempo libre. La comidilla más popular es coleccionar estampillas, tarjetas postales, monedas o libros. Alguna gente colecciona pinturas que muestran los más interesantes diseños de nuestro tiempo. Otros están interesados en fotografiar y siempre llevan consigo una cámara. Un amigo mío comenzó a coleccionar cintas magnetofónicas hace unos años. Ya tiene docenas de cintas, la música más popular y los conciertos jazz. Pero esta comidilla llegó a ser muy cara para él.

La cosa principal de cualquier comidilla es que desarrolla conocimientos de uno y am-plía sus puntos de vista. Además, sirve para matar tiempo con minimo daño.

Yo, por ejemplo, siempre me he apasionado por dibujo. Hasta en los cuatro o cinco años podía estar sentada horas llenando mis álbum con flores y animales extravagantes. Prefiero lápices de colores y soy muy diestra en esto. Ya tengo montones de ellos, unos hechos en las lecciones, otros, en casa o en una fiesta, hay unos hechos cuando es-taba sentada en un banco.

Aunque me gusta mucho dibujar nunca he pensado en ser un artista. Cuando era una niña tenía una sensación de que era una aficionada. Esto me conviene. Es una comidilla buenísima. Quita la tensión de la mente y libera el alma.Cuando dibujo me encuentro en paz con todo el mundo. En el mismo momento el dibujo también satisface la necesidad de expresión.

Nunca he tenido envidia por algunas personas que dicen que combinan ambas cosas: la comidilla y la carrera. Por supuesto, es muy bueno encontrar la satisfacción haciendo un trabajo que le gusta a uno. Pero yo estoy segura de que es muy útil tener algo diferente para alcanzar. Lo hace a uno más humano, más interesante para otros y para sí mismo.